That Dragon, Cancer

¿Que es un videojuego?¿Que es lo que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en la palabra “videojuego”?¿Cuando valoramos un videojuego, que medimos?. ¿Valoramos las mecánicas, los gráficos, la historia?¿Que significa que un juego tenga un 7, un 4, o un 10?.

Cuando pensamos en lo que hace a un videojuego, un buen videojuego, solemos tener una lista de ingredientes, que la comunidad y la industria han consensuado que son necesarios para que un juego sea considerado un buen juego. Una historia bien escrita, unos gráficos deslumbrantes, unas mecánicas que sorprendan al jugador. Y en base a esos ingredientes, se suelen poner una nota al juego, que luego la comunidad de jugadores usa para tomar sus decisiones de compra. Pero de vez en cuando, salen juegos singulares, que ponen en tela de juicio esta perspectiva sobre los videojuegos, y la forma que tenemos de consumirlos y valorarlos.

Para hablar de That dragon, Cancer, necesitamos conocer la historia de Ryan y Amy Green, los protagonistas de esta historia, junto con su hijo Joel.

Ryan y Amy son un pareja, que poco a poco van conformando una familia. Tienen dos hijos, y todo parecía ir bien, Hasta que nace el tercero, Joel, al cual le diagnostican un cáncer infantil muy agresivo y de crecimiento muy rápido. Tal es la gravedad de la situación que los médicos tratan a Joel con tratamientos destinados para adultos. Meses antes de que Joel cumpliera dos años, a Joel le dan 4 meses de vida. Ya no hay esperanza para el pequeño, que resistiendo contra la enfermedad gracias a los cuidados paliativos fallecería finalmente en enero de 2014.

En medio de esta odisea que se les presenta a Ryan y a Amy para salvar a su hijo. Surge la idea de este juego, como un espacio en el que ambos poder expresar, sus pensamientos, reflexiones y emociones. Un espacio que tras el fallecimiento de Joel, tomaría un significado mucho mas poderoso, un espacio en el que poder reencontrarse con su hijo. Y os preguntareis, ¿Que nos aporta That dragon, Cancer a los demás jugadores?, Pues un mensaje muy poderoso, emotivo, y efectivo.

Cuando vemos campañas contra el cancer, a mi personalmente, siempre me ha dado la sensación de lejanía. La representación de las víctimas en forma de cifras, y porcentajes ayudan a tratar el tema desde una perspectiva muy aséptica y muy fría. Sentimos que nunca nos va a tocar, que ese problema no va con nosotros, por que miramos a nuestro alrededor, y no lo vemos presente en nuestras vidas.

That dragon, Cancer te da la oportunidad de vivir de cerca, el dolor, la agonía, la impotencia, de convivir con una persona que tiene cancer, y a la que tienes que cuidar. Te pone en la piel de unos padres, que de repente se encuentra cuidando a un hijo, que se está muriendo, y te muestra la impotencia de saber que no pueden hacer nada. Lanzando a su vez un mensaje que ha menudo se olvida, y es que detrás del cancer, no hay cifras, ni porcentajes. Que el cancer no es un indice de deuda. Sino que detrás del cancer hay personas, personas con amigos y familiares. Personas que son echadas de menos por las personas que convivieron con ellas, y que lucharon con ellas. Personas que se quedaron, con conversaciones pendientes. Con te quieros que nunca se pronunciaron, o con reconciliaciones que nunca se produjeron. That dragon, Cancer te muestra eso y mucho más.

“El cancer no es un indice de deuda”

EL DUELO EN VIDA.

Si hay un tema estrella de lo que habla el juego, y del cual dedica la segunda mitad de este. Es del duelo en vida, es decir, como conlleva los familiares de una persona en una fase terminal, el hecho de convivir con ella, a la misma vez que eres consciente que la luz de esa persona se apagará pronto.

No puede haber persona, que no se estremezca al sentir, los momentos de falsa esperanza, cuando ves que pasan los meses que los médicos dieron a la víctima, y sigue viva. La agonía de no saber que pasará a futuro, la rabia al preguntarte por que a ti, por que a el. La auto culpa e impotencia por no poder salvarle. El ver que esa persona que amas se va apagando poco a poco. Y finalmente la aceptación de todo un viaje que nadie quiere recorrer.

Cuando acabas el juego, no puedes tener mas que un sentimiento de tristeza, solemnidad, ante esta obra en la que entiendes, que todo lo que has vivido, ha ocurrido de verdad, y sigue ocurriendo a día de hoy. Con miles de víctimas de cancer infantil. De miles de familiares que viven hoy la odisea, que Ryan y Amy Green recorrieron. A día de hoy miles de personas viven su duelo en su vida personal. A día de hoy miles de personas siguen siendo escondidas en forma de cifras macro, y porcentajes. Historias que no escuchamos, historias que muchas veces, preferimos no escuchar.

THAT DRAGON, CANCER COMO VIDEOJUEGO.

Si tuviera que evaluar este juego con los cánones de la industria, posiblemente bailaría entre un 6 o un 7. Su apartado artístico es precioso, y la banda sonora es inmejorable. Pero donde escasea, es en el apartado mecánico, donde todo el juego se puede controlar desde el ratón, clicando en puntos de la pantalla, que hacen avanzar la historia del mismo.

Eso sería mi evaluación si tuviera en cuenta los cánones a los que están acostumbrados en la industria. Pero no tener en cuenta, el valor del mensaje que lanza el juego, y el valor que este tiene a su vez como medio de expresión y comunicación hacia los jugadores, es un crimen. Precisamente, esto ultimo es lo que hace salirse al juego de la escala de medición. Ya que el juego no te deja indiferente.

Y eso me hace unirme a las autocríticas, que indican, que mientras sigamos tratando a los videojuegos como producto de consumo rápido, no podremos exponer debidamente el valor que tienen como medio de expresión social y cultural. No podremos enfadarnos cada vez que escuchemos que el videojuego no es arte, mientras somos nosotros mismos lo que lo tratamos como juguetes de una juguetería.

Y con esto no quiero desdeñar el juego como modo de entretenimiento, o como modo de evasión. Sino señalar que mientras que valoremos los juegos, como quien valora un móvil. No podremos desarrollar, y potenciar el valor artístico que estos contienen en su gran medida.

Juegos como That dragon, Cancer, Gris, y otras muchas mas singularidades de la industria demuestran que otra forma de valorar a los videojuegos es posible. Una que se centren que lo que dejan al jugador y no tanto en el valor que tienen como producto comerciable, y demuestran que el videojuego como genero puede ser tan elevado como sus hermanos mayores el cine, o la literatura.

That dragon cancer, no es un juego para ver en youtube, es un juego para sentarte, apagar las luces, ponerte unos cascos, y dejarte llevar por la historia que los Green te quieren contar. Quiero terminar haciendo una especial mención a la banda sonora, escrita por Jon Hillman, y que es una pieza clave, que consigue que el juego tome el tono necesario para transmitir el mensaje que desea dejar en los jugadores. Sirva este articulo como homenaje al pequeño Joel, que sigue viviendo en los corazones de los jugadores que hemos jugado a That dragon, Cancer.

Muchas gracias, Joel.

Muchas gracias, Ryan.

Muchas gracias, Amy.

A los lectores, gracias por pasaros por aquí .

Hasta el próximo artículo.


REFERENCIAS

Página oficial del juego: thatdragoncancer.com

Banda sonora de: Jon Hillman

Deja un comentario